Revista Kuaapy Ayvu, año 2021, vol. 12, núm. 12, pp. 39-60. INAES Publicaciones. ISSN 2224-7408. CC BY NC SA 4.0
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Recibido el 23/2/2021 - Aceptado el 23/6/2022

 

Dossier: Educación superior II

Hábito lector en la educación superior, ¿qué leen los futuros docentes?

Reading habit in Higher Education, what do future teachers read?


María De las Nieves Montiel

Instituto Nacional de Educación Superior (Asunción, Paraguay)
nievesitamon@gmail.com
https://orcid.org/0000-0003-1809-0238


Daiana Ailen Torres

Instituto Nacional de Educación Superior (Asunción, Paraguay)
ailentorres.2603@gmail.com
https://orcid.org/0009-0002-6043-2887

 

Sandra Ivana Ovelar Cañiza
Instituto Nacional de Educación Superior (Asunción, Paraguay)
si.ovelar@gmail.com
https://orcid.org/0000-0001-6826-8087

 

Resumen

La lectura constituye un elemento fundamental para conectar con una gran cantidad de conocimientos del mundo que nos rodea, facilitando así su comprensión. Esta investigación tiene el objetivo de conocer el hábito lector de los estudiantes de las carreras de grado del Instituto Nacional de Educación Superior Dr. Raúl Peña (INAES), de Asunción, en el año 2020.  El enfoque de estudio es cuantitativo, de diseño no experimental, transeccional de tipo exploratorio descriptivo. La muestra se encuentra conformada por estudiantes del tercer curso de las carreras de grado del turno mañana del INAES que contempla las licenciaturas en: Educación de la Lengua Inglesa, Educación de la Lengua Coreana, Educación Artística, Educación Inicial y Educación Escolar Básica.

Los hallazgos de la investigación indican que la mayoría de los estudiantes lee de vez en cuando y siente que no lee lo suficiente demostrando preferencia por los textos narrativos, principalmente del género misterio. La motivación de los estudiantes hacia la lectura es el aprendizaje y el entretenimiento. Dedican una hora a la lectura académica y menos tiempo a la lectura recreativa.

Palabras clave

Hábito lector; educación superior; estudiantes; formación docente

Abstract

Reading is a fundamental element for connecting with a vast amount of knowledge from the world that surrounds us, thereby facilitating our understanding of it. This research aims to understand the reading habits of undergraduate students from the National Institute of Higher Education Dr. Raúl Pena (INAES, for its acronym in Spanish), in Asuncion during the year 2020. The study approach is quantitative, non-experimental, and employs a descriptive exploratory cross-sectional design. The sample consists of third-year students from the morning shift of undergraduate programs at INAES, including the bachelor’s degree programs in English Language Education, Korean Language Education, Art Education, Early Childhood Education, and Elementary Education.

Research findings indicate that most of the student population reads occasionally and feels that they do not read enough. They demonstrate a preference for narrative texts, primarily in the mystery genre. The students' motivation for reading is learning and entertainment. They dedicate one hour to academic reading and less time to recreational reading.

Keywords

Higher education; reading habits; students; teacher training

 

Introducción

Esta investigación surge en el marco de la asignatura Metodología de la Investigación I, correspondiente al plan de estudios del sexto semestre de la carrera de Licenciatura en Educación de la Lengua y Literatura Castellana, con el fin de indagar acerca del hábito lector de los futuros docentes del Instituto Nacional de Educación Superior. 

El hábito lector es una preocupación a nivel nacional; los informes al respecto no son alentadores. Según el informe PISA de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el Paraguay arrojó cifras que reflejan la escasa aproximación al hábito de lectura que existe en el país. Según estas cifras, 7 de cada 10 alumnos no comprenden lo que leen. En la misma línea, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) señala que 8 de cada 10 hogares de Paraguay no cuentan con libros. 

Estos datos ponen en manifiesto que la práctica de la lectura está por debajo de lo esperado y esto repercute en los estudiantes, ya que, debido a lo anteriormente mencionado, se torna complejo instaurar un hábito lector que facilite el desenvolvimiento en el ámbito académico. La carencia del hábito lector y la lectura engloba una serie de problemáticas que afecta a todos los sectores del sistema educativo.

Si se toman como referencias aquellas cifras que proporcionan un panorama sobre la realidad, en cuanto a la lectura y hábito lector, se vuelve necesario contar con una aproximación sobre el hábito lector vigente en el contexto institucional, compuesto por los jóvenes estudiantes del nivel superior, especialmente de los estudiantes de carreras que habilitan para la enseñanza. Se destaca que se manejan datos sobre el hábito lector de estudiantes de la Educación Escolar Básica y el Nivel Medio, a nivel nacional (MEC, 2019); sin embargo, no existen mayores antecedentes con respecto a la realidad de los estudiantes de niveles superiores.

La lectura es una herramienta que facilita la comprensión y la adquisición de conocimientos, por ello la ausencia de este hábito se vuelve una preocupación para todos los agentes que intervienen en el proceso educativo. 

Los adelantos en la ciencia y la tecnología, así como los constantes cambios que enfrenta la humanidad exigen contar con profesionales cada vez más competentes, capaces de intervenir en una sociedad «donde adelantos teóricos y científicos, y la globalización de la información y de la cultura nos envuelven cada día más, se hace imprescindible, si se trata de profesionales que trabajarán en constante interacción con el hombre» (Álvarez y López Calichs, 2017, p. 3).

Este estudio se enmarca en la línea de investigación institucional de Diversidad cultural, arte y lenguas en procesos educativos (INAES, 2018), la cual está orientada al estudio de la diversidad cultural y lingüística inserta en los ámbitos de la educación, con el objetivo de apreciar y valorar la diversidad humana y la interculturalidad.

Si bien esta investigación arroja datos sumamente interesantes con respecto a la realidad de los estudiantes del Instituto Nacional de Educación Superior en el año 2020, sería sumamente fructífero que este proyecto sirviese como base de investigaciones futuras a fin de complementarlas con propuestas que incrementen a mayor escala el hábito lector en los futuros docentes.


Metodología

El diseño metodológico corresponde a un estudio cuantitativo no experimental, transeccional de tipo exploratorio (Hernández Sampieri et al. 2014). La población la constituyen estudiantes de las carreras de grado del turno mañana del Instituto Nacional de Educación Superior. Un total de 219 estudiantes correspondientes al tercer curso de las licenciaturas en Educación de la Lengua Inglesa, Educación de la Lengua Coreana, Educación Escolar Básica y Educación Artística.

El tipo de muestreo es probabilístico, calculado mediante el programa STATS con un nivel de confianza del 95 % y 10 % de margen de error, resultando un tamaño de muestra de 67 estudiantes. El instrumento de recolección de datos consistió en una encuesta cerrada, con 19 preguntas, aplicada a través de un formulario de Google y enviado por medio de WhatsApp a los participantes.


Resultados

A continuación, se presentan los resultados obtenidos a partir de la encuesta aplicada a estudiantes del INAES en el 2020.

La encuesta inicia con una pregunta que pide la explicación sobre la relación del sujeto con la lectura (figura 1). Los resultados muestran que el mayor porcentaje de los estudiantes encuestados respondió que le gusta leer de vez en cuando y poco, frente a un porcentaje menor que le gusta leer mucho. Esta situación plasmada en los resultados debe llamar la atención de los formadores de docentes del INAES, principalmente porque los participantes son futuros docentes que estarán en aula bajo el rol de facilitadores que tendrán en su deber el ejercicio constante de despertar el interés por la lectura en los discentes. 


Figura 1
Frase que explica mejor la relación con la lectura, de cada estudiante

Gráfico, Gráfico circularDescripción generada automáticamente

A la siguiente pregunta: ¿piensas que lees bastante?, un 78,2 % respondió que no, frente a un 21,8 % que considera que sí lo hace. El resultado negativo es preocupante, atendiendo a que son los futuros docentes quienes deben desenvolverse como promotores de la lectura y ser referentes para los estudiantes de la Educación Escolar Básica y Educación Media de la educación paraguaya. Lo interesante en este caso es que los estudiantes son conscientes de que no leen lo suficiente o lo necesario para el nivel de exigencia requerido en la formación superior.

Con respecto a la pregunta sobre los tipos de textos que leen con mayor frecuencia (figura 2), se encuentra la prevalencia de textos narrativos con un porcentaje que supera la mitad de los encuestados. Luego, con una tendencia menor se encuentra la lectura de textos argumentativos (14 %), seguida por los textos expositivos (11 %) y descriptivos (8 %). Ha de notarse que los textos argumentativos, expositivos y descriptivos se encuentran ubicados en la tipología de textos académicos o científicos, como los artículos científicos, libros académicos, enciclopedias o monografías, tesis y otros. De hecho, la lectura de este tipo de textos es muy importante, por su alta necesidad en el nivel de educación superior. Un porcentaje menor dice que lee con mayor frecuencia textos dialogados (8 %).  

 

Figura 2
Tipos de textos leídos con mayor frecuencia

¿Cuánto te gusta de cada uno de los siguientes tipos de textos?, es la siguiente pregunta. La respuesta predominante apuntó al género misterio, con 26,4 % y 19,5 % de los encuestados que eligieron las opciones mucho y bastante; y, a los de temática sobre naturaleza, donde el 26,4 % y el 20,6 % de los encuestados eligieron respectivamente las opciones de mucho y bastante. Mientras que la opción menos frecuente fue terror, donde un 34,4 % y 17,2 % de los encuestados seleccionaron las opciones de nada y muy poco, seguido por historietas/manga. Los estudiantes en su mayoría leen textos con una extensión superior a las 100 páginas. Sin embargo, no se puede soslayar la población que lee textos básicos o resúmenes con pocas páginas.

La formación de docentes, a nivel de carreras de grado, exige cierto grado de lectura en el cual el tiempo asignado a dicha actividad es fundamental para afianzar el hábito. Sin embargo, como se puede observar en la figura 3, el tiempo dedicado a la lectura por los estudiantes encuestados es muy bajo, resultando en un 21 % el porcentaje de estudiantes que dedica diariamente entre dos horas y más a la lectura. El porcentaje más alto señala que invierten un tiempo aproximado de una hora (38 %). Pero, aunque los resultados reflejan que un poco más de la mitad de los estudiantes destinan una hora o más a la lectura académica (59 %), el total que afirma que le dedica 30 minutos o menos, es un número relativamente alto (42 %), por lo que debe ser foco de atención. Lo expuesto puede desembocar en una escasa comprensión lectora y la poca utilización de la lectura como medio para la investigación. Por lo tanto, es necesario incentivar la inversión de más tiempo en la lectura académica. Aquí, se puede comparar con el tiempo dedicado a la lectura académica, el tiempo dedicado a la lectura como actividad recreativa, cuyo resultado arroja que el 34,5 % de los estudiantes le destina menos de 30 minutos al día, el 29,5 % solo 30 minutos al día, el 21,8% una hora al día y el 11,5 % dos horas al día. 

 

Figura 3
Tiempo destinado a la lectura académica, por día

 Gráfico, Gráfico circularDescripción generada automáticamente


Los datos obtenidos reflejan que en su mayoría los estudiantes del INAES dedican menos de 30 minutos al día a la lectura como actividad recreativa. Se puede inferir que la mayor parte de la población de estudiantes encuestados consagra poco tiempo a la lectura, ya sea académica o recreativa. Es importante señalar que los estudiantes del nivel superior requieren de un mayor tiempo de lectura, lo cual converge para formar profesionales con múltiples capacidades disponibles para seguir formando a nuevas generaciones de estudiantes. 

La intencionalidad de la lectura para los estudiantes del INAES es para formación académica. Es decir, que la principal motivación o funcionalidad para leer es el estudio. Según estos resultados, se puede afirmar que los estudiantes leen lo mínimo requerido con relación a su formación. 

A continuación, la encuesta consulta sobre el motivo principal por el que leen (figura 4). Los estudiantes del INAES en un 56 % lo hace con el fin del aprendizaje, el 18 % lo hace por entretenimiento, el 17 % lo hace para realizar una tarea o un trabajo, en menor porcentaje por afición (8 %).


Figura 4
Motivo principal de lectura
Gráfico, Gráfico circularEl contenido generado por IA puede ser incorrecto.

En cuanto a la percepción sobre la importancia de la lectura, en su mayoría los estudiantes del INAES consideran a la lectura como un medio indispensable para aprender y desarrollar sus capacidades; sin embargo, se torna necesario que aumenten el tiempo de lectura y la tipología de textos leídos, acordes al nivel de formación. Coincidiendo esto con lo señalado antes, los estudiantes son conscientes de la importancia de la lectura y leen con intencionalidad de aprendizaje.

Al respecto de si leen los libros recomendados, el 64,4 % de los estudiantes del INAES lo hace algunas veces; mientras que el 19,5 % lo hace frecuentemente, el 12,6 % casi nunca, el 2,3 % muy frecuentemente y el 1,1 % nunca. Es decir que la mayoría de los encuestados muy pocas veces lee los libros que se le recomienda. Esto significa que, si un profesor recomienda la lectura de un libro con la intención de ampliar el conocimiento, son escasos los estudiantes que lo hacen. 

Respecto a la pregunta sobre la preferencia de la modalidad de los libros que leen, un 85 % respondió que prefiere tener el libro físicamente, mientras que el 15 % restante respondió que prefiere descargarlo de internet y leerlo en algún dispositivo. Se asume, a partir de los resultados, que la mayoría de los estudiantes del INAES prefiere tener el libro físicamente en el momento de leer.

En cuanto a los soportes físicos predilectos, en caso de leer desde un medio físico, un 83,9 % señala a los libros, 26,4 % las revistas, un 21,8 % las enciclopedias, un     19,5 % los diccionarios, un 26,4 % los periódicos, un 1,1 % las descargas impresas de internet y 3,4 % respondió que no utiliza los medios impresos. Se llega a la conclusión de que una gran mayoría de los estudiantes prefiere los libros, las revistas y los periódicos a la hora de leer materiales impresos.

Respecto a la pregunta por la preferencia en dispositivos para leer documentos digitales (figura 5), el 56 % respondió que prefiere leer desde sus teléfonos inteligentes (smartphones), 43 % desde la computadora, 3,4% desde sus tabletas y 1,1 % utiliza un Kindle o lector de libros electrónico. Una gran mayoría de los estudiantes encuestados prefiere leer desde sus teléfonos inteligentes, por encima de las computadoras. Los teléfonos móviles son más accesibles para la lectura por factor comodidad y disponibilidad en todo lugar.

 

Figura 5
Tipos de dispositivos utilizados para leer los libros digitales

 

Respecto a la pregunta sobre la frecuencia de lectura de textos digitales (figura 6), las opciones que prevalecen (se leen más de una vez por semana) son los periódicos o revistas con un 36 %; seguidos por los blogs, con un 35 %. Mientras que los textos leídos con menos frecuencia fueron los diccionarios/enciclopedias, con 9 % del total que respondió que nunca la utiliza, seguido de cerca por los periódicos/revistas con 7 %. En cuanto a los artículos científicos se puede observar que la mayor parte de los encuestados dice que los consulta una vez al mes (33 %). 

 

Figura 6
Frecuencia de lectura de libros, artículos científicos, blogs, periódicos, revistas y diccionarios digitales en Internet

Gráfico, Gráfico de barrasDescripción generada automáticamente

Atendiendo el nivel de los estudiantes encuestados, estos resultados deben ser signos de alarma, pues existe poco interés por la búsqueda de información en sitios como revistas científicas o diccionarios, muy necesarios para el estudiante del nivel superior y, más aún, para los futuros docentes. A partir de esta encuesta, se puede inferir que los estudiantes necesitan fortalecer las habilidades relacionadas a la búsqueda, selección y uso de la información de internet, considerándolo como la principal fuente de información.


Discusión 

Si bien el hábito lector es una preocupación a nivel nacional y la carencia de este afecta a todos los sectores educativos, resulta interesante destacar que el abordaje de esta problemática es escaso, es decir, se encuentran pocas investigaciones sobre el hábito lector en nuestro país que estén enfocados en el nivel superior. Un hábito involucra una continuidad por parte de un individuo, que a su vez comprende una serie de procesos que son gestionados internamente por el mismo.

Hábito es un término que se asocia comúnmente a la repetición mecánica, autómata o inconsciente de una conducta. Si bien es cierto, el hábito supone cierto nivel de automatismo en algunos procesos, su formación demanda elevados niveles de conciencia, voluntad y afectividad. (Salazar, 2005, p. 22) 

La lectura implica un acto individual que permite el acceso a la cultura escrita registrada por años en los libros, así como la exploración del conocimiento. La búsqueda se asienta en el afán de adquirir nuevos conocimientos. Por tanto, es innegable que la lectura favorece al crecimiento intelectual (Martínez, s.f.). 

Ramírez Leyva (2015, citado en Álvarez y López Calichs, 2017) señala que «las instituciones de educación superior deben formar lectores activos para desarrollar en ellos las capacidades que les permitan hacer de la información el aprendizaje, los conocimientos y las innovaciones, soluciones dirigidas hacia la elevación del bienestar social de todos» (p. 3). Esto último debe enfatizarse cuando se trata de estudiantes que son formados para ser docentes, quienes deberán, en un futuro próximo, desarrollar hábitos lectores en los estudiantes a su cargo. Del Puerto, Thoms y Boscarino (2018) señalan que no es suficiente contar con materiales de lectura, sino también se necesita tener modelos lectores, ya sea en el hogar o en el entorno educativo, tanto escolar como universitario.

Con respecto a los hallazgos que arroja la investigación sobre la relación de los estudiantes del INAES con la lectura, se ha encontrado que leen poco, coincidiendo con los datos arrojados en la investigación realizada por J. A. Salvador Oliván y M. del C. Agustín Lacruz (2015), en donde solo el siete por ciento de los futuros educadores son lectores frecuentes y casi un cincuenta por ciento leen ocasionalmente (Larrañaga y Yubero, 2008). 

Estos resultados son alarmantes, en cuanto a la formación del hábito lector en los niños y jóvenes, que finalmente reflejan la realidad del estudiante universitario; por ende, es necesario destacar que «es importante la animación continua y sistemática de todos los ámbitos culturales: la familia, el colegio, bibliotecas públicas y medios de comunicación» (Molina Villaseñor, 2006, citado por Del Puerto, Thoms y Boscarino, 2018, p. 13). Por esta razón, se espera que el docente se anime a promover y desarrollar el hábito lector en los estudiantes a su cargo, en esto recae la importancia de enfatizar en la problemática y generar acciones que apunten al desarrollo de la lectura en el nivel de formación docente a fin de que las experiencias se reproduzcan en las aulas.

Con respecto a la tipología textual, gran parte de la muestra mostró su inclinación hacia los textos narrativos (novelas, cuentos, fábulas). Estos datos pueden ser contrastados con los otorgados por una investigación realizada por Aguilar Pérez, Cruz Covarrubias y Aguilar Cruz (2014), en donde los estudiantes de la Universidad de Guadalajara mostraron inclinación hacia la lectura de revistas y periódicos, destacando que estos pertenecen a la tipología de textos descriptivos y expositivos.

El valor de la lectura es apreciado por numerosos autores y pedagogos, por ejemplo:

Isabel Morales [hace] énfasis en la lectura literaria como materia transversal para la formación integral del alumno universitario sea cual fuere la especialidad elegida para su profesionalización y menciona la continuidad en el contexto universitario, de la formación lectora más las exigencias particulares que ahora se extienden al ámbito digital que considera llamar la atención sobre la necesidad de ejercer esa influencia para subrayar la importancia de la formación transversal y de la presencia de materias especialmente útiles en dicha formación. (Álvarez y López Calichs, 2017, pp. 4-5)

Si bien la lectura de cualquier tipología textual es importante, el aspecto que no se puede soslayar es que los estudiantes demuestran menos preferencia por los textos académicos científicos. La temática preferida son los relacionados con el misterio y la naturaleza y de aquellos que posean una extensión aproximada de 100 páginas, preferentemente. Es necesario destacar el poco interés que se observa por los textos expositivos, argumentativos o descriptivos, donde recaen los textos académicos y científicos como los resultados de investigaciones y los artículos científicos. 

Roa Rodríguez (2014) cita la conceptualización de Cassany (2000) que: «caracteriza los textos académicos como referenciales y representativos y menciona que su finalidad es la de ser soportes y transmisores de conocimientos» (p. 71). En la misma línea, explica a otros autores, cuya definición conjunta dice que son: 

Discursos elaborados, que contienen lenguaje formal, objetivo y léxico precisos; además, refieren que estos generalmente son de tipo descriptivo y argumentativo, con un elevado grado de abstracción y generalización semántica, y que la información en ellos se presenta de modo ordenado, jerárquico y recurriendo al intertexto (Tapia, Burdiles y Arancibia, 2003, citado en Roa Rodríguez, 2014, p. 71)

Es necesario que los futuros docentes desarrollen una relación más cercana con la lectura y que esta se amplíe a otros tipos de textos, no solamente los textos narrativos, abarcando los textos académicos los cuales ofrecen a los lectores oportunidades de profundizar los conocimientos, como lo menciona Cassany (2000, citado en Roa Rodríguez, 2014). 

La enseñanza universitaria requiere la puesta en juego de otros modos de lectura y por tanto de su promoción. El conocimiento es personalizado y da cuenta de las posturas teóricas y de diferentes programas de investigación, que los alumnos tienen que aprender a diferenciar a lo largo de la carrera. Ya no existen manuales, sino autores diversos a través de los cuales el estudiante universitario va construyendo su conocimiento (Álvarez y López Calichs, 2017, p.3)

En cuanto a la intencionalidad de la lectura, se ve mayormente influenciada por la búsqueda de entretenimiento, seguida de la investigación. Esto no está acorde con los resultados de la investigación realizada por Del Puerto, Thoms y Boscarino (2018), de la UCSA, donde sostienen que «una de las principales razones para la lectura es la información, seguida por el aprendizaje y la realización de trabajos académicos» (p. 21).

Por lo tanto, se considera que la lectura constituye un nexo entre lo académico y el ocio para los estudiantes del INAES. Al respecto, Carlino (2008) señala lo siguiente:

Para que los alumnos se apropien de lo que su profesor puede enseñarles, tienen que elaborarlo y transformarlo, y es a través de la lectura y la escritura como consiguen asimilar (“digerir”, hacer propia) la información recibida. Que los docentes expliquen en clase sin que los estudiantes lean y escriban promueve un aprendizaje superficial, no integrado; los alumnos no se adueñan del saber que se les presenta si no lo reelaboran a través de la lectura y la escritura. (p. 183)

La motivación principal para la lectura en los estudiantes del INAES corresponde al aprendizaje, es decir, los motiva a leer el proceso de adquisición de conocimientos, por ende, repercute en poder abordar los trabajos académicos. Por esta razón, es fundamental que los estudiantes universitarios, y más cuando se refiere a futuros docentes, desarrollen las capacidades lectoras, considerando que a través de las lecturas se puede ampliar el espectro del aprendizaje esperado, mantenerse actualizado en los avances de la ciencia en al ámbito educativo, mejorar las habilidades de comprensión lectora y elevar la calidad de su formación.

Respecto al soporte preferido, la gran mayoría respondió que prefiere tener el libro físicamente, mientras que una minoría respondió que prefiere descargarlo de internet y leerlo en algún dispositivo. Estos resultados coinciden con la investigación hecha con los estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza, donde se sostiene que al ser preguntados sobre su formato de información preferido:

En casi todos los casos se inclinan por la información impresa, siendo estas preferencias mucho más marcadas cuando se trata de literatura, libros académicos y cómics, y algo menos si se refiere a prensa y revistas. Únicamente muestran preferencia por el formato digital cuando se trata de artículos científicos, probablemente debido a que este tipo de información es accesible inicialmente en digital y están acostumbrados a leerlos en la pantalla del ordenador en lugar de imprimirlos. (Salvador Oliván y Agustín Lacruz, 2015, p. 9)

Respondiendo a la variable de medios predominantes utilizados para la lectura, los estudiantes optaron por libros impresos, pero de acuerdo con la realidad de las circunstancias y la falta de acceso al medio físico se recurre a la lectura digital, utilizando los teléfonos inteligentes o smartphones y descargando los textos en formato PDF.

Otro aspecto relevante al observar el hábito lector de los futuros docentes constituye el tiempo dedicado a la lectura, y principalmente a la lectura con fines o intereses académicos acordes al nivel de formación. Los hallazgos de la investigación demuestran que los encuestados, en una leve mayoría, dedican entre una hora y más a la lectura con fines de formación o mejor dicho a la lectura de carácter académica; no obstante, un porcentaje igualmente importante, dedica un tiempo menor de una hora. En el caso de la lectura recreativa dedican menos de media hora al día. Esto es preocupante y pone en evidencia la poca relevancia y apreciación que posee la lectura en la sociedad.

Al respecto, Ramírez Leyva (2015, citado por Álvarez y López Calichs, 2017) señala que «las instituciones de educación superior deben formar lectores activos para desarrollar en ellos las capacidades que les permitan hacer de la información el aprendizaje, los conocimientos y las innovaciones, soluciones dirigidas hacia la elevación del bienestar social de todos» (p. 3).

Tal como señala Carlino (2008), una de las razones para que la institución se ocupe del desarrollo de habilidades que mejoran el hábito lector es que:

Los responsables de la educación previa, cuyos alumnos llegan a la universidad, son los maestros o profesores primarios y secundarios, profesores que se forman en la educación superior; por lo tanto, si a ellos no se les da una enseñanza que integre la lectura y la escritura, ¿cómo lo van a hacer con sus futuros alumnos primarios y secundarios que son los que después llegan a la universidad? Los maestros y profesores de la escuela primaria y secundaria, ¿cómo aprenderán a incluir en sus clases la enseñanza de la lectura y escritura, de modo que sus alumnos lleguen luego mejor formados a la universidad?, ¿sólo con teoría, sin haberlo experimentado en carne propia, en su formación superior como estudiantes universitarios? (p. 182)

No obstante, Del Puerto, Thoms y Boscarino (2018), advierten que el hecho de plantear la lectura como una herramienta necesaria para los fines académicos meramente, no sería una buena estrategia para fomentar el desarrollo del hábito lector. Es evidente que las instituciones de educación superior tienen responsabilidad en el desarrollo del hábito lector en los estudiantes.

El aprendizaje de la lectura y la formación de su hábito forman parte de procesos amplios de interacción entre sujetos, y de estos con ciertas instituciones y escenarios; donde circulan los objetos, los productores, mediadores y facilitadores, relacionados con la práctica de la actividad. (Salazar, 2005, p. 31)

Es necesaria una motivación propia en los estudiantes, que los impulse a descubrir otros mundos, ampliar sus conocimientos, así como a mejorar los niveles de comprensión lectora. 

La motivación intrínseca (es decir, la lectura voluntaria), que tiene su origen en la apropiación de la lectura como algo cotidiano y normal, al contrario de la lectura obligada, que la ve solamente como algo útil, pero tal vez molesto, es probablemente un factor central por estar estrechamente vinculada a la práctica lectora. (Del Puerto, Thoms y Boscarino, 2018, p. 22)

Se puede considerar que el Instituto Nacional de Educación Superior serviría en gran manera como canal para un incremento del hábito lector en sus futuros docentes, si trabaja en estrategias que permitan a los estudiantes ampliar el potencial lector que poseen, incentivar el interés hacia la lectura desde una perspectiva más interesante y que no esté condicionada a fines académicos. Delinear acciones que favorezcan el desarrollo del hábito lector estaría contribuyendo a la calidad en la formación integral de los futuros docentes.


Conclusión

La suma de las variables estudiadas son componentes que pueden influir en gran manera en los jóvenes estudiantes para ser considerados como individuos con un hábito lector instalado. Por ende, las especificaciones de estas proporcionan un panorama real y exploratorio sobre el estado del hábito lector presente en los futuros docentes, así como también lo son los datos acerca de lo que leen o despierta el interés por la lectura de estos.

El hábito lector resulta un pilar fundamental en la formación del docente, ya que sobre esta aptitud recaen las competencias y capacidades que el futuro profesional de la educación puede desarrollar, ampliando así sus oportunidades laborales y ofreciendo no solo una mayor calidad de enseñanza, sino también métodos de enseñanza-aprendizaje actualizados y un ejemplo de modelo a seguir para sus estudiantes. El hábito lector constituye una constante práctica; requiere de tiempo, esfuerzo y dedicación, así como aventurarse a nuevas tipologías, temas y niveles de lenguaje utilizados por los diversos textos, además de modelos lectores, que, en el nivel superior, debe ser asumido por los docentes universitarios.

Este estudio concluye que gran parte de los futuros docentes tienen poco ejercicio de lectura, si bien se muestran con predisposición para leer, los datos demuestran  que solo ven a la lectura como un nexo para adquirir nuevos conocimientos y elaborar trabajos académicos, dedicándole poco abordaje a la lectura académica, así como actividad recreativa que favorece al enriquecimiento de cultura general, vocabulario y el ejercicio de procesos intelectuales esenciales como la creatividad e imaginación.

Se destaca la poca lectura de textos científicos por parte de los futuros docentes, lo que a su vez repercute en una problemática latente, ya que la falta de lectura de este tipo de textos dificultará su aproximación a los conocimientos actualizados en el ámbito científico y en los avances científicos que se dan en todas áreas del saber. Esto podría desembocar en una débil competencia, obstaculizando responder con exactitud ante la demanda de una sociedad que necesita estar educada y motivada hacia el saber científico. 

Esta investigación brindó un panorama exploratorio de lo que se debe trabajar para fomentar la lectura en los futuros docentes, además proporcionó datos que permiten reflexionar sobre la importancia de afianzar el hábito lector que en la actualidad se traduce en una necesidad para todo el sistema educativo; además se puede visibilizar la necesidad de capacitación constante para trabajar todas las tipologías textuales que existen, de modo a lograr encaminar de manera efectiva el proceso de enseñanza-aprendizaje a la par de innovar en las prácticas pedagógicas. En este punto se destaca que si bien la mayoría de los estudiantes prefiere leen en formato físico, muchas veces las circunstancias los obliga a encaminarse en la lectura digital, si esto se toma como ventaja, es posible potenciar las herramientas tecnológicas como estrategias para incrementar el hábito lector en los estudiantes que no tienen acceso a una biblioteca o un libro en formato físico.

Desde el punto de vista académico y práctico se recomienda a la comunidad educativa del Instituto Nacional de Educación Superior la implementación de campañas de lectura y actividades que fomenten la adquisición del hábito lector como ferias de libros, exposiciones sobre las distintas tipologías y capacitación sobre métodos de lectura comprensiva, esto con el fin de potenciar el hábito lector de los estudiantes-docentes.

Los docentes del nivel deben desarrollar estrategias que favorezcan la promoción de la lectura. Además, se recomienda utilizar las herramientas digitales con el fin de incrementar el hábito lector no solo para los futuros docentes, sino también para que ellos puedan emplearlos para promocionar significativamente la lectura con el fin de instalar el hábito lector en sus futuros alumnos.

Desarrollar el hábito lector en todos los sectores educativos requiere de un gran esfuerzo y organización de todos los miembros del sistema educativo. La lectura empieza en las casas, pero repercute en toda la sociedad. 

 

Referencias bibliográficas

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Salvador Oliván, J. A. y Agustín Lacruz, M. del C. (2015). Hábitos de lectura y consumo de información en estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza. Anales de Documentación, 18 (1), 1–15. https:/.www.redalyc.org/articulo.oa?id=63538684003

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Autoras

María de las Nieves Montiel

Docente de grado y postgrado del Instituto Nacional de Educación Superior Dr. Raúl Peña. Magister en Educación con énfasis en Aprendizaje y Medios (UVM, Chile). Licenciada en Ciencias de la Educación. Especialista en Desarrollo Humano. Es especialista en Entornos Virtuales de Aprendizaje. Cursando: Doctorado en Educación en la Universidad Iberoamericana. Participó en equipos de investigación y publicó trabajos sobre lenguas y pueblos indígenas.

Daiana Ailen Torres

Nació en Buenos Aires, Argentina. Actualmente está concluyendo la Licenciatura en Educación de la Lengua y Literatura Castellana. Forma parte del equipo de investigación sobre hábito lector en estudiantes de carreras de grado del Instituto Nacional de Educación Superior.

Sandra Ivana Ovelar Cañiza

Nació en la ciudad de Lambaré, Paraguay. Se graduó de la Educación Media, obteniendo un título de Bachiller en Ciencias Sociales del Colegio Privado Parroquial San Luis Guanella de Asunción. Actualmente se encuentra concluyendo la carrera de Licenciatura en Educación de Lengua y Literatura Castellana. Forma parte del equipo de investigación sobre hábito lector en estudiantes de carreras de grado del Instituto Nacional de Educación Superior.

 

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ISSN-L 2224 7408
eISSN 3078 4913